jueves, 31 de octubre de 2013

Las ventajas de la denuncia falsa de maltrato

La motivación de la denuncia falsa ante los inquisitoriales Juzgados feminazis de genero (aunque en realidad la Inquisición ofrecía infinitas más garantías que esos engendros judiciales plagados de tiorras feminazistas radicales de género), no sólo responde a obtener ventajas en los procesos de separación o divorcio; también es la llave a robarle al hombre todas y cada una de sus pertenencias.

He aquí lo que advierte Diaz Herrera, autor de El Varon Castrado.

Tal vez sea complicado mostrar estos defectos a la sociedad cuando la ley tiene muy buena prensa en la calle.
Esta claro. Pero es la ley más incumplida del código penal. Un gran porcentaje de mujeres se niegan a declarar porque están arrepentidas, porque han hecho las paces. Sin embargo esta ley no permite la reconciliación de las parejas, uno de los dos tiene que salir perdiendo. Y tampoco permite la mediación familiar con un psicólogo. Esta ley obliga al juez a imponer, además de la condena, entre uno y cinco años de alejamiento. Crea muchos más problemas de los que intenta atajar. Te encuentras con que a los juicios, muchas veces, las parejas van cogidas de la mano. Y cuando el juez los ve cogidos de la mano supone que la orden de alejamiento está siendo incumplida.
¿Y las denuncias falsas?
Son casos de mujeres que denuncian a sus parejas para obtener una separación más rápida y siempre más favorable. Esto es posible porque muchos de los juzgados de violencia de género están en manos de feministas. El hombre sale mal parado y perdedor. La mujer se queda con la casa, con los hijos con una pensión compensatoria y las asociaciones familiares también les pasan una atención extra. El hombre se imposibilitado para rehacer su vida, crear una familia, un nuevo hogar… todo eso lo pierde.
¿Pero la violencia sigue siendo un problema?
La violencia no se soluciona por la vía que promulga esta ley. Primero hay que elaborar normas adecuadas de custodia compartida. Segundo, disolución de la sociedad de gananciales. Si se garantiza un mínimo de dinero para que los hijos estudien, y ni la mujer ni el hombre queden abandonados en la calle, sería lo más lógico. Mediante esos dos mecanismos se tiene que desactivar la violencia. Hay que evitar que en los procesos de separación haya una parte ganadora y otra perdedora. Eso crea, inmediatamente, un conflicto. Con leyes como la actual en la que el 98% de las veces la custodia se le concede a la madre y sólo en el 2% a los padres (por problemas psicológicos de la madre). La violencia de género no se va acabar. Se puede reducir en un amplio porcentaje como del 70%. Pero siempre habrá un loco que mate a su mujer.

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